Mi mejor amigo me manda un mail, preguntándome cómo estoy después de la charla telefónica que tuvimos. Anduve un poco enferma- mal- decepcionada-triste- harta- la semana pasada. A veces me pongo pesada y me da por pensar que no encajo aquí. Lo que hipotéticamente es cierto motivo por el cual ya no cuento mis problemas. Bueno, me platica varias cosas y cierra con una post data escandalosa en letras mayúsculas anunciándome: “Hoy es día de San Antonio de Padua, vamos a pedirle una pareja” Me dio risa, ignoraba esa información, y eso de poner al santo de cabeza me suena a tía cuarentona desesperada por encontrarse a alguien que le haga el favorcito.
Y es que la verdad a veces me preocupa el hecho de que no estoy desesperada por tener pareja, me gusta la vida que vivo, no me atormenta la soledad, a veces dan ganas de compartir la vida (sobre todo en esas odiosas fiestas familiares) pero mi vida no es deprimente por no tener alguien. Además, a veces me causa presión el hecho de durar con alguien porque soy de las que a los dos meses ya cambio de opinión y quiere otras cosas. Sinceramente siento que me aburriría. Pero la gente que conozco no piensa así, están casi obsesionados con encontrarse alguien que casi creo que hasta le sonríen a las plantas.
Y no sé cual sea el problema, que no quiero forzar las cosas ni obsesionarme como ellos? que no quiero aceptar que no voy a ser individualista toda la vida y tengo que sentar cabeza con alguien? o que no quiero comprometerme con todo lo que conlleva? Quizás aún me cuesta entender que mi felicidad sería a costa de mi unión familiar (y duele) Ayer vi en VH1 una boda gay de dos chicas – tremendamente estereotipadas- y me conmovió el final. Simplemente no imagino apoyo familiar en un festejo tan especial. No los imagino ahí. Es como si me dieran a escoger entre una cosa y otra, y es patético darme cuenta que no tengo los ovarios suficientes para dejarlos.
Y es que la verdad a veces me preocupa el hecho de que no estoy desesperada por tener pareja, me gusta la vida que vivo, no me atormenta la soledad, a veces dan ganas de compartir la vida (sobre todo en esas odiosas fiestas familiares) pero mi vida no es deprimente por no tener alguien. Además, a veces me causa presión el hecho de durar con alguien porque soy de las que a los dos meses ya cambio de opinión y quiere otras cosas. Sinceramente siento que me aburriría. Pero la gente que conozco no piensa así, están casi obsesionados con encontrarse alguien que casi creo que hasta le sonríen a las plantas.
Y no sé cual sea el problema, que no quiero forzar las cosas ni obsesionarme como ellos? que no quiero aceptar que no voy a ser individualista toda la vida y tengo que sentar cabeza con alguien? o que no quiero comprometerme con todo lo que conlleva? Quizás aún me cuesta entender que mi felicidad sería a costa de mi unión familiar (y duele) Ayer vi en VH1 una boda gay de dos chicas – tremendamente estereotipadas- y me conmovió el final. Simplemente no imagino apoyo familiar en un festejo tan especial. No los imagino ahí. Es como si me dieran a escoger entre una cosa y otra, y es patético darme cuenta que no tengo los ovarios suficientes para dejarlos.
-
Nota de actualización: He notado que cuando ando ansiosa picarle al template es algo así como terapéutico y nunca sale lo que traía en mente porque blogger siempre da sorpresitas. Ojala y no me hubieras enseñado a moverle, reina.